Altered Beast es un juego de peleas para Mega Drive, entre otros sistemas, publicado por Sega en 1988.
Atenea, la hija de Zeus, ha sido secuestrada por el malvado Neff y llevada al inframundo. El todopoderoso dios no puede tomar parte en el conflicto, por lo que hace volver a la vida a un antaño glorioso centurión romano caído en combate, para que la rescate antes de que sea sacrificada.
Aunque el osado guerrero está curtido en mil y una sangrientas batallas, esta vez su fortaleza humana no va a ser suficiente para enfrentarse a los grotescos seres del averno. Es por ello que Zeus le proporciona la posibilidad de adquirir esferas mágicas, que albergan en su interior poderes de bestias mitológicas sobrenaturales.
El centurión debe superar cada nivel usando sus habilidades de lucha terrenales, que incluyen puñetazos, patadas y saltos, hasta conseguir las habilidades de bestia transformada. Cada fase nos permite convertirnos en una criatura diferente con un abanico de ataques específicos.
Ocasionalmente seremos atacados por lobos bicéfalos de tono azulado, que al morir liberan una esfera de poder. Cada una de ellas aumentarán notablemente nuestras capacidades físicas. Si capturamos una tercera bola, nos transformaremos en una bestia mítica, obteniendo poderes y ataques absolutamente devastadores.
En determinados puntos del escenario uno de los monjes del culto de Neff nos impedirá el paso mediante rayos. Si hemos alcanzado el estado de bestia el monje se metamorfoseará en un jefe final de increíble fortaleza, al que sólo podremos doblegar si conseguimos encontrar su punto débil.
Nos vamos a enfrentar a multitud de seres del averno, tales como demonios, esqueletos, arpías y otras especies de pesadilla. Es importante aumentar nuestros poderes cuanto antes, ya que incrementan de forma exponencial nuestras posibilidades de victoria y nos hacen menos vulnerables al daño enemigo.
En el longplay de Altered Beast para Mega Drive, jugamos cada uno de los niveles en toda su extensión, algo que se consigue atrapando la tercera esfera de poder siempre después de la aparición del segundo monje.
Como contenido extra mostramos todas las alteraciones de bestia del segundo jugador, de diferente color, además de los ataques de nuestros temidos enemigos.
Disponemos de tres unidades de energía por cada vida, que disminuyen si recibimos daño enemigo. Nuestra vitalidad no se recupera nunca, por lo que debemos ser muy cuidadosos a la hora de combatir.
La aventura comienza en el Cementerio dónde somos resucitados. Si conseguimos todas las esferas nos convertiremos en un Hombre Lobo, con el que emitiremos bolas de energía y arrasaremos a los enemigos envueltos en una mortal ola de energía.
Las amenazas de este nivel son básicamente seres no muertos: Los zombies son lentos pero explotarán si les tocamos, y pueden aparecer de improviso de las lápidas que surgen del suelo. Los rivales mas peligrosos son los demonios, expertos en el cuerpo a cuerpo y con un alcance al golpear.
Los monjes de Neff aparecen hasta tres veces en cada escenario. Si nos hemos transformado en bestia se convertirán en el jefe final de fase, de lo contrario lanzarán rayos durante un tiempo y se marcharán. Si a su tercera aparición continuamos con nuestra forma humana, nos tocará derrotarlo igualmente en un combate francamente desigual.
El jefe de esta nivel es una aberración llamada Aggar. Mientras está quieto podemos disparar nuestros proyectiles, pero cuando nos ataque lanzando sus múltiples cabezas, lo mejor es emplear la flecha llama para esquivarlas mientras le seguimos provocando daño.
Descendemos ahora a las entrañas de una Cueva, dónde nos podremos transformar en un poderoso Hombre Dragón capaz de emitir poderosos rayos, así como de generar una potente descarga energética alrededor de su cuerpo.
Este nivel posee variopintas criaturas, como las sanguijuelas que pueden engancharse a nuestra cabeza y chuparnos toda la energía, o los pollos con cola, viejos conocidos del Golden Axe que esta vez no van a ser nada amistosos.
También nos enfrentaremos a los dragones temblorosos, que asoman su cola antes de lanzarse a por nosotros. Si se la arrancamos a tiempo abortaremos su acometida. Para acabar con las molestas las gárgolas lo mas práctico es defenderse dando una patada desde el suelo, si no somos capaces de abatirlas desde el aire.
El monje de este nivel se transforma en Octeyes, al que podremos derrotar fácilmente si nos acercamos a él en cuando abra su ojo central para atacarnos. Ejecutaremos la barrera electrificada sin descanso hasta hacerle desaparecer.
Nuestro viaje prosigue por una profunda Caverna, plagada de profundos abismos que podremos sortear con ayuda de los salientes de las rocas. La bestia de este nivel es el Hombre Oso, poseedor de un aliento que convierte a los enemigos en piedra, y de un letal rodillo volador.
La fauna del lugar se compone de agujiones, muy peligrosos ya que son muy rápidos y avanzan en grupos numerosos, y tortugas roca. Nos vamos a volver a encontrar con los demonios, esta vez mucho mas fuertes que en ocasiones anteriores.
Moldy snail es el monstruo final de esta fase. Hemos de atacarle con el aliento para que saque su cabeza de su caparazón, dónde es invulnerable, para seguidamente golpear con el rodillo volante, neutralizando adicionalmente sus ondas energéticas.
Nos hemos adentrado en la Fortaleza del inframundo, dónde nos aguardan los poderes del Hombre Tigre: Una bola de energía oscilante y el mortal pilar de llamas, que destruye todo lo que encuentra en un movimiento vertical de ida y vuelta.
Los enemigos que enfrentaremos proceden de niveles anteriores, a excepción de los diablos con martillo, que se lanzarán en picado en cuanto estén sobre nuestra cabeza. Los abatiremos con un certero golpe en el aire para evitar que ésto suceda.
En Altered Beast los lobos que nos conceden las bolas de poder aparecen siempre en las mismas posiciones, por lo que debemos memorizar sus movimientos para acabar con ellos y así mejorar nuestras habilidades cuanto antes.
El guardián de la fortaleza es el Gusano cocodrilo, que permanece suspendido en el aire. Cuando descienda dispararemos nuestras bolas desde el suelo, y cuando se eleve usaremos el pilar de llamas junto con el salto, esquivando así sus ondas de fuego y destruyendo de paso a sus dragones acompañantes.
Al fín hemos accedido al Santuario de Neff, la última fase del juego. Para enfrentarnos a nuestro peor rival nos encarnaremos en el Lobo Dorado, una versión mejorada de la transformación original que emplea sus mismos ataques.
Los habitantes del santuario no nos lo van a poner fácil: Cabras que se mueven como ágiles boxeadores, unicornios versados en las artes marciales capaces de perseguirnos por la pantalla, y jabalíes de gran poder y fortaleza que pueden destrozarnos en un abrir y cerrar de ojos.
Es necesario obtener las esferas mágicas cuanto antes, ya que dotan a nuestros golpes una estela que prolonga el daño tras el ataque e incrementan nuestra envergadura, y por consiguiente nuestro rango de alcance.
Neff se ha convertido en un rinoceronte que repite sin descanso un combo de tres puños frontales y una patada baja. La táctica es dispararle agachados mientras pega puñetazos, y al lanzar la patada saltar empleando la flecha dorada al otro extremo de la pantalla, repitiendo el proceso cuando se aproxime para golpearnos de nuevo.
¡¡Acepta el desafío y libera la bestia que hay dentro de ti!!
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